domingo, 14 de enero de 2007

Los orígenes de la consonancia


Estoy experimentando con los resultados que se obtienen a partir de percutir distintos tipos de cuerdas sobre diferentes tipos de membranas, en el camino he tomado conciencia de algo que es obvio, pero que al estarlo experimentando de primera mano me llevo a ciertas reflexiones e investigaciones que pueden abrir paso a una interesante polémica sobre la consonancia y la disonancia.

¿Recuerdan el Teorema de Pitágoras? Aquel que decía que en un triángulo rectángulo la suma del cuadrado de los catetos (los dos lados opuestos) era igual al cuadrado de la hipotenusa. Este es uno de los invaluables legados a la humanidad del matemático y filósofo griego Pitágoras (582 adC - 496 adC). Aunque sea un tema del que se hable poco o nada, Pitágoras es también uno de los primeros investigadores del sonido y de la música.

Pitágoras hizo experimentos con las vibraciones de las cuerdas, recordemos que la vibración de las cuerdas es un principio básico para la producción de notas en instrumentos como la guitarra o el piano. Cuando Pitágoras cortaba una cuerda en dos partes desiguales, como era de esperarse, cada fragmento de la cuerda producía una nota distinta. También es lógico suponer que la afinación de cada fragmento era más aguda que la que se había logrado con la cuerda completa. Ahora, entrando a sus deducciones más interesantes, Pitágoras descubrió que cuando la longitud de los dos fragmentos de cuerda estaba relacionada por relacionessimples como 2:1 ó 3:2, estos producían notas que sonaban bien al ser tocadas simultáneamente, es decir, eran consonantes. Por el otro lado, cuando se dividía a una cuerda en dos partes implicadas en una relación compleja, por ejemplo, 45:32, producían dos notas que eran consideradas como disonantes. La relación 3:2 produce un intervalo de 5a justa (por ejemplo C y G); en contraste, una relación de 45:32 produce el célebre tritono (por ejemplo C y F#), un intervalo de tres tonos completos que fue considerado como inaceptable y peligroso durante la Edad Media; el intervalo del diablo.
Si les interesa este tema de relaciones/afinaciones de las cuerdas, el arpa es un instrumento maravilloso para comprobar esta fascinante lógica pitagórica.

Y bien, hasta aquí todo concreto y objetivo, ¿cierto? La información arriba citada la pueden encontrar en diversas fuentes, algunas de las cuales citaré al final de este escrito. Ahora vayamos a la reflexión y a la polémica.
¿Cuáles son los orígenes de la música? La mayoría de las personas asume que la música es solo un fenómeno cultural. Sin embargo, es un hecho que existen evidencias de que la música tiene profundas raíces biológicas. Pitágoras es, probablemente, la primera persona en sostener la teoría de que simples relaciones matemáticas, como las que vimos arriba, reflejan propiedades universales de la naturaleza. Por lo tanto, para él, la consonancia de ciertas notas (así como la disonancia de otras) no es un asunto derivado de la cultura ni un asunto de carácter accidental; para Pitágoras, la consonancia es algo natural.
Evidentemente, en los tiempos modernos ha prevalecido una visión distinta sobre este tema; la consonacia es una percepción que refleja preferencias que están basadas en la experiencia de una cultura musical en particular. No tiene, en absoluto, relación con la naturaleza.

¿Cómo podemos determinar si la consonancia posee fundamentos biológicos con prioridad sobre la disonancia?
Perdón si esto se pone denso, ¡pero si llegaste a estas alturas del texto ya no se vale abandonar el barco! A pesar de que este puede parecer un tema muy clavado para músicos creo que resulta de interés para cualquier persona por las interesantes conjeturas socio-culturales que se derivan de esta reflexión.
Bien, continuemos, ¿que quiero decir con prioridad? La mayoría de los investigadores que han abordado este tema coinciden en que los estudios que hacen mediciones objetivas de la conducta humana revelan mejor procesamiento perceptual en los intervalos consonantes que en los disonantes. Es decir, la parte de nuestro cerebro que procesa lo que escuchamos está, de alguna manera, "afinada" para responder mejor a intervalos de relaciones simples que a aquellos de relaciones compuestas (C-G versus C-F#).

Sobre esta teoría se han hecho extensas pruebas en personas de todas las edades, desde bebés hasta adultos mayores, sobre todo en universidades estadounidenses, y se han tenido resultados concluyentes sobre la ventaja perceptiva que los intervalos consonantes tienen sobre los disonantes. Esta cualidad perceptiva es especialmente notable en los infantes, lo cual no deja de ser revelador ya que son precisamente ellos -sobre todo los niños menores a 1 año- los que han tenido menor oportunidad de aprender acerca de la música tonal.

Para terminar, permítanme dejar en la mesa de discusión esta conclusión: el estatus privilegiado de los intervalos que tienen relaciones de frecuencia simples sobre aquellos que tienen relaciones de frecuencia compleja es el resultado de un prejuicio biológico. Por lo tanto, los conceptos de consonancia y disonancia no son simplemente determinados por la cultura.
En el libro Music, The Brain, and Ecstasy de Robert Jourdain (William Morrow & Co. New York; 1997), el autor revela:

"For a few moments music make us larger than we really are, and the world more orderly than it really is... As our brains are thrown into overdrive, we feel our very existence expand and realize that we can be more than we normally are, and that the world is more than it seems. That is cause enough for ecstasy."


jL


Bibliografía recomendada
  • Lundin, R.W. (1947). Toward a cultural theory of consonance. J. Psychol.
  • Schellenberg, E.G. y Trehub, S.E. (1966). Children´s discrimination of melodic intervals. Develop. Psychol.












2 comentarios:

yetcop dijo...

ahh que loco està... entonces ya por naturaleza estamos mas propensos a que nos gusten ciertos intervalos musicales simples. Y entonces, porque a unos nos gusta un cierto genero musical o una cierta banda? me imagino que la musica pop se basa en intervalos simples, pero igual la musica texana, cumbias, etc. O sera que en realidad si nos gusta esta musica pero decimos que no?

saludos!

Javier Lara dijo...

Ey Jalil, qué bueno leerte por aquí.
La mayoría de la música popular está fundamentada en intervalos consonantes, lo cual no significa que sea mejor o que nos deba gustar, simplemente significa que es más sencillo digerirla.
Al hablar de géneros de la música pop como los que mencionas ya entraríamos a interesantes discusiones sobre prejuicios de carácter sociocultural que hacen que ciertos estilos musicales se vuelvan sectarios o discriminatorios.

Saludos.

jL