Ahora, ¿qué tiene que ver esta película con Pink Floyd? Desde hace varios años circula la teoría (¿leyenda urbana generada por algún fanático de Pink Floyd y Judy Garland que no tenía nada qué hacer?) que afirma que Roger Waters editó Dark Side of the Moon para que la reproducción continua del disco quedara alineada a The Wizard of Oz; al resultado de la reproducción simultánea de estas dos obras se le conoce como Dark Side of Oz o Dark Side of the Rainbow. El asunto funciona, de acuerdo a esta teoría, si le das play al disco justo al tercer rugido del león de la MGM; incluso, los más puristas dicen que se debe usar una copia original VHS de la película para obtener la sincronía perfecta. A partir de allí, si se tiene disposición para divertirse, se podrán encontrar -o imaginar- varias coincidencias entre la acción de la película, sus diálogos y el desarrollo del disco completo. Por ejemplo, la aparente sincronía que se produce cuando las palabras Who knows which is which (de la canción Us and Them, track 6 del disco) coinciden con las dos brujas hablando. Por lo pronto veamos este video "didáctico" en donde se marca el inicio a partir del tercer rugido del león; después, de manera gráfica, se indican varios puntos de sincronía que se detectan. La parte del video que se adelanta es la que corresponde a la parte de la intro Speak to Me (durante los créditos), para dar paso a Breathe, en donde formalmente inicia la acción.
Finalmente, otro de los ejemplos más célebres de esta sincronía: el inicio del sonido de la caja registradora (Money, track 5) tan pronto como la película se torna a color.
Y ya hablando directamente del disco, otros aspectos por destacar son, por ejemplo, su éxito en las listas de Billboard –éxito sin precedente para una banda de rock progresivo-, el atractivo que representó en su momento para los audiófilos al ser uno de los discos de mayor presupuesto y tecnología musical usada, grabado en los míticos estudios Abbey Road de Londres por el igualmente célebre Alan Parsons. Otro punto que no se puede pasar por alto es el concerniente a la portada: es probable que no exista una portada que sea tan fácilmente identificable. Estudios especializados han comprobado que la portada del haz de luz reflejándose en el prisma es mejor recordada, incluso, que la portada de Sgt. Pepper´s Lonely Heart´s Club Band, el clásico álbum de The Beatles.
Acerca de la música se puede decir que Dark Side of the Moon es un disco de una calidad musical exquisita, construido como una obra completa que logra que persista la unidad en el sentido musical sin que cada una de sus partes pierda fuerza o intención en lo individual. Va de lo apenas audible a lo estruendoso, un camino que nos presenta en su desarrollo infinidad de matices, descubriendo colores sonoros insospechados. Las canciones exploran el lado oscuro de nuestra existencia. Avaricia, muerte, xenofobia y locura son temas recurrentes en cada una de las canciones.
Este es la obra maestra de Pink Floyd como grupo, ya que su otro gran clásico, The Wall, es un gran trabajo de Roger Waters con asistencia ocasional de David Gilmour.
La atmósfera del álbum alterna la opresión con el cinismo y, al mismo tiempo, es de esa clase de discos que una vez que termina nos deja con la sensación de que hay que escucharlo otra vez. Eso hace que sea uno de esos materiales raros que, a pesar de su naturaleza oscura, resulta accesible para el oído.
Ninguna colección de discos –sea de progresivo, música contemporánea o rock- está completa sin Dark Side of the Moon.
jL