El documental dura casi una hora, pero no tiene desperdicio. A lo largo de este, Henry nos habla de sus procesos creativos, de la música concreta, de formas alternativas de difusión, entre muchos otros temas de gran interés para los amantes del arte sonoro.
Así que a abrirse un espacio en la agenda, prepararse un buen café, y disponerse a disfrutar de este gran trabajo.